Mi sueño es proporcionar herramientas que fortalezcan las virtudes del ser humano. A lo largo de mi vida siempre me he identificado con lideres espirituales y siempre estuve en la búsqueda de herramientas y conocimiento sobre cómo puedo ayudar mejor, cómo puedo ayudarme y ayudar a otros a florecer y prosperar como seres espirituales. Siempre he tenido la visión de ayudar a la humanidad.
Sin importar el color, raza, cultura, religión o nivel social, siempre trabajo con el punto de vista de que todos fuimos creados iguales. Creo firmemente que es nuestra responsabilidad como ciudadanos contribuir en la mejora de nuestras comunidades, ciudades, naciones, continentes y el planeta en general.
Venezuela es mi país y mi nación. Yo trabajo todos los días para inspirar a mi gente a través de la guía de sentido común para vivir mejor, ¨El Camino a la Felicidad¨. Mi meta es dar un buen ejemplo y garantizar para todos una herramienta de ética y valores morales con la cual podamos resguardar la supervivencia de nuestra gente para que todos y cada uno podamos alcanzar nuestra verdadera felicidad.
En la vida me he dado cuenta que sin importar el mal que exista allá afuera, sin importar lo mal que se pueda ver todo, siempre hay un punto en el que las personas pueden levantarse y comenzar de nuevo.
Yo creo que trabajando todos juntos, podemos construir un mundo mejor para nuestras futuras generaciones. Paso a paso, ladrillo tras ladrillo, podemos crear una sociedad donde todos podamos vivir con honestidad, dignidad y alcanzar el nivel de competencia deseado. Yo creo que cada uno de nosotros podemos tratarnos de la misma manera que nos gustaría que se nos tratara.
Yo visualizo a Venezuela como un país privilegiado, tiene una gente con espíritu echado para adelante, con un espíritu libertador, y ésta siendo la puerta de entrada de Sudamérica es el país que puede influenciar todo el continente y servir de ejemplo a seguir.